Libertad de elegir, de Milton y Rose Friedman

Libertad de elegir, de Milton y Rose Friedman

La libertad como ejercicio cotidiano
Fuente: https://web.archive.org/web/20160606192635/http://www.nanopoder.com.ar/libros-de-cabecera/libertad-de-elegir.html


Libertad de elegir, de Milton y Rose Friedman, es un buen libro para abarcar, en una sola mirada, el conjunto de efectos provocado por intervencionismo del estado en la economía. El libro fue publicado en 1979 y está focalizado en la situación de los Estados Unidos pre reaganianos pero en su esencia sus conceptos siguen siendo aplicables en la actualidad en la mayoría de los países de Occidente.

En sus primeros capítulos, el trabajo explica sucintamente cómo opera el sistema de mercado, la propensión al intervencionismo del estado y el modo en el que se salda la tensión entre esas dos orientaciones alternativas. Posteriormente, pasa a narrar en qué consiste el estatismo una vez establecido y consolidado. El Capítulo 5 está dedicado a analizar el conflicto insalvable entre el ordenamiento basado en el intervencionismo sistemático del estado y los valores basados en el reconocimiento de la libertad y los derechos individuales como fundamentos del sistema social.

Luego, desarrolla los análisis de algunos temas específicos, basados, esencialmente, en la idea de que la libertad del individuo para elegir es un método preferible a las decisiones arbitrarias y discrecionales de los funcionarios y de los burócratas gubernamentales.

El deterioro del sistema educativo como consecuencia del intervencionismo estatal es el tema tratado en el Capítulo 6. Dice allí que “en la educación, los padres y los hijos son los consumidores y el profesor y el administrador de la escuela, los productores. La centralización educativa ha supuesto unidades de mayor tamaño, una reducción de las posibilidades de elección del consumidor, y un incremento del poder de los productores”.

Y luego, de ese concepto, deduce, explica y desarrolla la propuesta de los bonos educativos, que consisten, esencialmente, en financiar, no a las escuelas propiamente dichas, sino a los alumnos, por medio del otorgamiento del derecho a gastar en educación dinero provisto por el estado, de modo que cada uno (o los padres) pueda elegir a qué escuela desea concurrir. “Un modo de lograr mejoras, de devolver el aprendizaje a las aulas, en especial para los que actualmente están más atrasados, es dar a todos los padres un mayor control sobre la educación de los hijos”, señalan los autores.

Por medio del sistema de bonos, como cada ciudadano tendrá a su disposición el equivalente de dinero que le cuesta al estado financiar su educación, se abrirá la posibilidad de que los padres elijan a qué escuela desean enviar a sus hijos, generándose de ese modo una mayor competencia y, por lo tanto, un incremento en la calidad de todo el sistema educativo. La propuesta de los Friedman, desarrollada en detalle pero en términos comprensibles, merece ser tenida en consideración porque, aunque no sea una solución de fondo, constituye una alternativa claramente superior al financiamiento directo por parte del estado, que se aplica actualmente.

Pasa luego el libro a tratar la nociva influencia del estado en la regulación de las relaciones comerciales. Aquí, como en todo el libro, la línea argumental es la defensa de la libertad del individuo para tomar sus propias decisiones. “Si un comerciante le ofrece artículos de calidad inferior o a un precio más alto que otro, usted dejará de frecuentar su tienda. Si compra artículos para vender que no satisfacen sus necesidades, usted no los comprará. Por consiguiente, los comerciantes buscan por todas partes aquellos productos que puedan satisfacer sus necesidades y que puedan ejercer atracción sobre usted. Y van tras ellos porque de no hacerlo no podrían seguir en el negocio. Cuando usted entra en una tienda nadie le obliga a que compre. Usted es libre de hacerlo o de irse a otra parte. Esta es la diferencia esencial entre el mercado y un organismo político. Usted es libre de elegir. No hay ningún policía que le saque el dinero de su bolsillo para pagar algo que no desea, o que le obligue a hacer algo que no quiere”, argumenta el matrimonio Friedman.

Más adelante, aborda con devastadora coherencia el tema de las regulaciones en las relaciones laborales, poniendo en evidencia la falacia de las llamadas “conquistas sociales” y denunciando con prueba abrumadora los perjudiciales efectos sociales de los privilegios de los sindicatos y de las corporaciones profesionales.

Posteriormente, desarrolla un muy didáctico estudio sobre teoría monetaria, en la cual explica causas y consecuencias del proceso inflacionario, como asimismo explica los beneficios de la estabilidad monetaria y el modo de consolidarla.

En el último capítulo, analiza el modo en el que los problemas económicos son tratados en el ámbito de las instituciones políticas, estudiando cuestiones como el lobby, los incentivos de los políticos para favorecer a determinados grupos específicos en detrimento de los intereses generales, la concentración de poder y otros temas conexos que definen el panorama que condiciona el desenvolvimiento global de la economía.

Como resumen, cabe decir que Libertad de elegir es un muy buen tratado general de economía política, con un buen basamento teórico y una sólida proyección a las situaciones reales. Su lectura es altamente recomendable.

 

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