Ley Antidespido. Mayor Desempleo.
Armando Ribas, mayo de 2016.
Fuente: https://web.archive.org/web/20180903111613/https://armandoribas.com.ar/antidespido.html
No debiera haber dudas respecto a que el proyecto de ley antidespido constituye una violación de la Constitución Nacional. El artículo 17 de la Constitución comienza diciendo: “La propiedad es inviolable y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en la ley”. Y sigue: “La expropiación por causa de utilidad pública, debe ser calificada por ley y previamente indemnizada”. La prohibición del despido constituye de facto una expropiación, pues le impone al empleador pagar por algo que le resulta perjudicial a su propiedad. Por tanto, de conformidad con la Constitución, ante una ley de esa naturaleza el gobierno tendría que indemnizar previamente al empresario.
Al respecto de la propiedad escribió David Hume algo que considero vital en nombre de la libertad: “Las tres leyes fundamentales de la naturaleza son: la estabilidad en la posesión, la transferencia por consentimiento y el cumplimiento de las promesas. Es en la estricta observación de estas tres leyes, que la paz y la seguridad de la sociedad depende completamente”. Hume se está refiriendo expresamente al derecho de propiedad y al cumplimiento de los contratos. El empleo es un contrato del empleador con el empleado. En el mismo está implícito el interés mutuo. Por tanto el empleado igualmente, en el momento que lo considere procedente, y de conformidad con el acuerdo previo, puede abandonar el empleo en función de su interés particular. En el cumplimiento de estos principios reside el concepto mismo de seguridad jurídica, que es la conditio sine qua non de la inversión.
El artículo 14 bis, establece las condiciones que deben cumplir el contrato del empleado con el empleador. En el mismo no se establece ninguna disposición que prevea la imposibilidad del empleador de despedir al empleado, por las razones que considere conveniente a la situación de su negocio en un momento dado. O sea, si el empleador está cumpliendo con el contrato, una ley que impide la posibilidad de despedir al empleado implica una violación paladina de los artículos 17 y 14 bis de la Constitución Nacional.
Demás está decir que saliendo del ámbito político y pasando al económico, debiéramos saber que la prohibición del despido, lejos de aumentar el empleo lo reduce ante la caída de la inversión. Es un hecho manifiesto que, como antes dije, ante la ausencia de seguridad jurídica decae la inversión. Es posible aun que si se trata de una ‘pyme’, ante la imposibilidad de despedir los empleados que considere necesario para restaurar la rentabilidad, decide cerrar la empresa. Consecuentemente el desempleo no alcanza solo a algunos empleados sino a todos.
Es increíble que ante la evidencia del fracaso económico del sistema socialista, el socialismo continúe teniendo éxito en el ámbito político. Es evidente que la demagogia, tal como la describiera Aristóteles hace más de 2.500 años, está vigente socialismo mediante. Así tenemos como decía Hume, no el fracaso de las mayorías, sino de las asambleas que pretenden representarlas. Es decir, los gobiernos socialistas que se enriquecen llorando por los pobres para alcanzar el poder.
Recordemos el caso de Cuba que a la llegada de Fidel Castro en 1959 tenía el nivel de vida más alto de América Latina, con España incluida, y ahora es tan pobre como Haití. Igualmente el Sr. Maduro con Chávez en la cabeza ha destruido la economía venezolana, a través del socialismo del siglo XXI. Así tenemos el caso de Brasil, al que la Sra. Dilma Rousseff con el partido de los trabajadores ha deteriorado en su economía. Igualmente se ha deteriorado la economía chilena en nombre del socialismo de la Sra. Bachelet y en la misma tendencia está la economía ecuatoriana y la mexicana. Y no olvidemos a la Unión Europea, que prácticamente no ha crecido en los últimos años cuando el gasto público ha subido a cerca o más del 50% del PBI.
En Argentina tenemos pendiente los juicios por corrupción a la Sra. Cristina de Kirchner y sus adláteres. Por supuesto no obstante los factores favorables durante su gobierno enfrentamos una situación difícil de superar donde el gasto público llegó a alcanzar más del 50% del PBI. Afortunadamente se ha producido un vuelco político con el acceso de Macri al poder. Ello ha significado una restauración de la seguridad jurídica y la decisión de reducir el gasto público. Ello no quiere decir que la situación heredada se pueda superar de la noche a la mañana, pero el cambio es fundamental. Y no olvidemos que el impuesto a la renta en Argentina está violando la Constitución y así como la propia ley que establece que el nivel es el 35%, pues dado que no se permite la revaluación de los activos, la tasa del impuesto a causa de la inflación ronda el 55%.
Pero no creamos que el fracaso del socialismo en América Latina haya sido consecuencia de que estamos condenados por haber llegado en las Carabelas y no en el May Flower. Hoy Estados Unidos está padeciendo una alternativa política que no tiene precedente en las tierras del país al que le debemos el sistema que cambió la historia del mundo. Uno de los candidatos del partido demócrata se ha declarado lisa y llanamente socialista, y no olvidemos que el socialismo per se constituye una violación de la Constitución americana pues desconoce los derechos de propiedad. A su vez, recordemos que Argentina a principios del siglo XX había impuesto el sistema del Rule of Law y era uno de los países más ricos del mundo.
Pues bien, esperemos que la destitución de la Sra. Rousseff determine la restauración de la seguridad jurídica en Brasil y consecuentemente la economía brasileña vuelva a resurgir. En Venezuela está planteada la destitución de Maduro mediante los medios legales, y esperemos que ello implique asimismo la restauración de la libertad y la recomposición de la economía venezolana. Por supuesto seamos optimistas de que el cambio en Argentina tenga los resultados esperados del cumplimiento de la Constitución y por consiguiente no se apruebe la ley antidespido. Y por último recordemos las sabias palabras de Ayn Rand: “El comunismo y el socialismo son iguales. Uno se hace por homicidio y el otro por suicidio”.